EVALUACIÓN DE DIFICULTADES DE APRENDIZAJE
Las dificultades de aprendizaje incluyen en su definición un conjunto heterogéneo de alteraciones en las capacidades de lectura, escritura, cálculo y razonamiento cognitivo general. Se pueden manifestar de diversas maneras afectando el rendimiento global de niñas y niños. Las dificultades de aprendizaje pueden deberse a factores neurológicos, que tienen que ver con la dominancia de un hemisferio cerebral sobre otro y/o la lateralidad, o a factores cognitivos como: dificultades en el procesamiento de información, dificultades en los procesos de memorización, dificultades de atención o dificultades en los procesos metacognitivos, es decir, en las estrategias de autocontrol y autorregulación.
Es muy importante detectarlos a tiempo ya que, si no, corremos el riesgo de que la exposición del niño a repetidas experiencias fallidas, pueda reducir la motivación por el aprendizaje, y favorecer la aparición de problemas asociados que afectan la autoestima y el bienestar emocional del niño.
Algunas de las dificultades de aprendizaje más comunes que evaluamos y tratamos en Semillas son:
- Dislexia: o dificultad para leer y/o escribir.
- Disgrafía: o dificultad para escribir, como resultado de la dislexia, de una coordinación motora deficiente o de problemas para entender o interpretar el espacio.
- Discalculia: o dificultad para hacer cálculos matemáticos.
- Discapacidad de la memoria y el procesamiento auditivo: o dificultad para comprender y recordar palabras o sonidos.
- Déficit de atención: es la deficiencia o carencia de una estructura para el funcionamiento adecuado de la orientación, selección y mantenimiento de la atención. Puede ir acompañado de hiperactividad caracterizada por actividad constante, acciones impulsivas, un periodo de atención más corto, tendencia a distraerse, agresividad, incapacidad para concentrarse.
INTERVENCIÓN EN DIFICULTADES DE APRENDIZAJE
Una vez evaluadas las dificultades de aprendizaje y detectadas las áreas de mejora, ponemos en marcha un plan de intervención con objetivos claros en relación a las funciones cognitivas que queremos estimular. La intervención se realiza a través de actividades significativas (diseñadas con temas de interés para los niños y niñas) y basadas en el juego como herramienta pedagógica.
En función de la información de la evaluación trabajaremos el desarrollo de:
- Atención (capacidad de seleccionar y concentrarse en los estímulos relevantes).
- Memoria (capacidad de recordar).
- Lenguaje (expresión de pensamientos y sentimientos por medio de la palabra).
- Velocidad de procesamiento (rapidez a la que se capta la información, se entiende y se comienza a responder).
- Funciones ejecutivas:
- Planificación (identificar y organizar los pasos necesarios para llegar a una meta).
- Organización (poner los medios adecuados para lograr nuestros objetivos).
- Manejo del tiempo (estimar cuánto tiempo tenemos para realizar una tarea y distribuirlo correctamente).
- Memoria de trabajo (mantener la información en la mente de forma transitoria durante la realización de tareas complejas).
- Metacognición (observar y pensar sobre cómo funcionan tus propias habilidades cognitivas, y la capacidad de analizar el modo en que piensas para resolver los retos de tu vida cotidiana).
- Autorregulación (gestionas las propias emociones, estados de ánimo y motivación).
- Flexibilidad cognitiva (cambiar de planes y estrategias para adaptarnos a los cambios del entorno).
ENTRENAMIENTO EN COMPETENCIAS EMOCIONALES
En paralelo a la intervención de las funciones cognitivas, se trabaja siempre con el niño o niña las competencias emocionales ya que van a jugar un papel fundamental en el proceso de aprendizaje y de bienestar:
- Reconocer las propias emociones (metacognición).
- Gestionar las propias emociones (autorregulación).
- Reconocer las emociones ajenas (teoría de la mente, desarrollo de la empatía).
- Desarrollar autonomía emocional (autorregulación).
EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DE TECNOADICCIONES
Un buen uso de la tecnología facilita nuestras vidas, optimiza nuestro tiempo y nos abre posibilidades que antes eran impensables. Pero la reciente transformación que han supuesto las TICs y el desconocimiento de sus efectos en las personas, han supuesto la aparición de situaciones de uso y abuso, que producen efectos dañinos para las personas a nivel físico, psicológico y social.
Existen varios tipos de tecnoadicción (a internet, a la telefonía móvil, a los videojuegos y a la televisión) pero en todas ellas hay similares síntomas de alarma que las familias deben tener presentes y alertar si detectan que su hijo/a:
- Cada vez necesita estar conectado durante más tiempo para sentirse satisfecho.
- Se siente deprimido/a, nervioso/a o enfadado/a y sólo se le pasa cuando se conecta a Internet.
- Pasa mucho tiempo pensando en cuándo se podrá conectar de nuevo.
- No consigue controlar el tiempo o la frecuencia que pasa conectado/a.
- Ha dejado de lado actividades u obligaciones por estar conectado/a.
- Prefiere las ciber-relaciones a las relaciones personales.
- Miente en relación al tiempo y la frecuencia con la que se conecta.
En los casos en que ya se presenta esta sintomatología, es importante acudir a un profesional para que haga una evaluación psicológica y ponga en marcha un proceso de intervención con el/la menor y la familia.